jueves, 25 de enero de 2018

1 SAMUEL. CAPÍTULO 31.

Muerte de Saúl

311Mientras tanto, los filisteos entraron en combate con Israel. Los israelitas huyeron ante ellos, y muchos cayeron muertos en el monte Gelboé.
2Los filisteos persiguieron de cerca a Saúl y sus hijos, hirieron a Jonatán, Abinadab y Malquisúa, hijos de Saúl. 3Entonces cayó sobre Saúl el peso del combate; los arqueros le dieron alcance y lo hirieron gravemente. 4Saúl dijo a su escudero:
-Saca la espada y atraviésame, no vayan a llegar esos incircuncisos y abusen de mí.
Pero escudero no quiso, porque le entró pánico. Entonces Saúl tomó la espada y se dejó caer sobre ella. 5Cuando el escudero vio que Saúl había muerto, también él se echó sobre su espada y murió con Saúl. 6Así murieron Saúl, tres hijos suyos, su escudero y los de su escolta, todos el mismo día.
7Cuando los israelitas de la otra parte del valle y los de Transjordania vieron que los israelitas huían y que Saúl y sus hijos habían muerto, huyeron, abandonando sus poblados. 8Los filisteos los ocuparon. Al día siguiente fueron a despojar los cadáveres, y encontraron a Saúl y sus tres hijos muertos en el monte Gelboé. 9Lo decapitaron, lo despojaron de sus armas y las enviaron por todo el territorio filisteo, llevando la buena noticia a sus ídolos y al pueblo. 10Colocaron las armas en el templo de Astarté y empalaron los cadáveres en la muralla de Beisán.
11Los vecinos de Yabés de Galaad oyeron lo que los filisteos habían hecho con Saúl, 12y los más valientes caminaron toda la noche, quitaron de la muralla de Beisán el cadáver de Saúl y los de sus hijos y los llevaron a Yabés, donde los incineraron. 13Recogieron los huesos, los enterraron bajo el tamarindo de Yabés y celebraron un ayuno de siete días.

Explicación.

31 De los dos acontecimientos históricos, la derrota de Israel y la muerte de Saúl, el autor se interesa más por el segundo.

La batalla fue importante, y la victoria concedió a los filisteos una supremacía indiscutible: al ocupar el valle de Esdrelón y el de Yezrael, hasta la llave de los vados del Jordán, los filisteos se han adueñado de una región fertilísima, han aislado a las tribus del norte, poseen nuevas vías de acceso hacia la zona central de Efraín. Muchos poblados, antes cananeos y después israelitas, cambian de mano. La llanura ya ha sido testigo de la importante batalla de Débora y de la estratagema de Gedeón.

La muerte de Saúl empalma directamente con el capítulo 28, pero el autor no explota el aspecto psicológico, la angustia de los presentimientos. Por otra parte, los narradores hebreos no sabían describir batallas, se contentaban con datos generales y se solían concentrar en algún personaje. Esta vez le toca a Saúl con su familia y escolta.

31,1 El narrador concede la iniciativa a los filisteos, mientras que los israelitas se repliegan monte arriba.

31,2 La derrota del rey significa la derrota de todo el pueblo; por eso los filisteos se concentran sobre el grupo de Saúl; por eso su situación se hace más difícil.

31,3 Texto dudoso. El griego dice "lo hirieron en la ingle". Herida mortal, pero no inmediatamente.

31,4 Es una afrenta morir a manos de incircuncisos, como lo era para Abimelec morir a manos de una mujer (Jue 9,53ss). El escudero teme atentar contra la vida del rey, pues sería un sacrilegio; tiene que esperar a que le llegue el momento. Para el autor esa especie de suicidio de Saúl no es objeto de reproche (véanse 1 Re 16,18 y 2 Mac 14,36-47).

31,5 El capítulo siguiente dará otra versión del momento final. Si se quieren armonizar ambas narraciones, habría que traducir "viendo que Saúl moría, se echó sobre su propia espada, para morir con él".

31,6 El verso tiene carácter conclusivo y está marcado por la cuádruple rima del posesivo hebreo.

31,7 Esto supone una penetración filistea en Transjordania.

31,9 Lo que había hecho David con Goliat caído, y era uso frecuente, como atestiguan viejos monumentos.

31,10 El templo de Astarté es probablemente el de Ascalón; parece que la veneran como diosa de la guerra.

31,11 Yabés de Galaad había provocado la primera batalla de Saúl, el cual liberó la ciudad asediada. Es un acto de agradecimiento.

31,12-13 Simultáneamente la cabeza de Saúl es trofeo en el templo filisteo y su cuerpo recibe honras fúnebres de algunos israelitas. Esta división material y póstuma podría simbolizar la polaridad de su carácter e historia; su valor y destino trágico, sus méritos y culpas. Al dividirse su cadáver, Israel está otra vez dividido. Descansa en sepulcro ajeno, aunque en territorio de Israel.

31,13 Eclo 38,16s.

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