jueves, 25 de enero de 2018

1 SAMUEL. CAPÍTULO 19.

Saúl y Jonatán (Eclo 6,14-17)


191Delante de su hijo Jonatán y de sus ministros, Saúl habló de matar a David. Jonatán, hijo de Saúl, quería mucho a David, 2y le avisó:

-Mi padre Saúl, te busca para matarte. Estate atento mañana y escóndete en sitio seguro; 3yo saldré e iré al lado de mi padre al campo donde tú estés; le hablaré de ti, y si saco algo limpio, te lo comunicaré.
4Así, pues, Jonatán habló a su padre, Saúl, en favor de David:
-¡Que el rey no ofenda a su siervo David! Él no te ha ofendido, y lo que él hace es en tu provecho; 5se jugó la vida cuando mató al filisteo, y el Señor dio a Israel una gran victoria; bien que te alegraste al verlo. ¡No vayas a pecar derramando sangre inocente, matando a David sin motivo!
6Saúl hizo caso a Jonatán, y juró:
-¡Vive Dios, no morirá!
7Jonatán llamó a David y le contó la conversación; luego le llevó a donde Saúl, y David siguió en palacio como antes.
8Se reanudó la guerra y David salió a luchar contra los filisteos; les infligió tal derrota, que huyeron ante él.
9Saúl estaba sentado en su palacio con la lanza en la mano, mientras David tocaba el arpa. Un mal espíritu enviado por el Señor se apoderó de Saúl, 10el cual intentó clavar a David en la pared con la lanza, pero David la esquivó. Saúl clavó la lanza en la pared y David se salvó huyendo.


Mical salva a David



11Saúl mandó emisarios aquella noche a casa de David para vigilarlo y matarlo a la mañana. Pero su mujer, Mical, le avisó:

-Si no te pones a salvo esta misma noche, mañana eres cadáver.
12Ella lo descolgó por la ventana y David se salvó huyendo. 13Mical agarró luego el ídolo, lo echó en la cama, puso en la cabecera un cojín de pelo de cabra y lo tapó con una colcha. 14Cuando Saúl mandó los emisarios a David, Mical les dijo:
-Está malo.
15Pero Saúl despachó de nuevo los emisarios para que buscaran a David:
-Traédmelo en la cama, que lo quiero matar.
16Llegaron los emisarios y se encontraron con un ídolo en la cama y un cojín de pelo de cabra en la cabecera.
17Entonces Saúl dijo a Mical:
-¿Qué modo es éste de engañarme? ¡Has dejado escapar a mi enemigo!
Mical le respondió:
-Él me amenazó: <<Si no me dejar marchar, te mato>>.


Saúl en trance



18Mientras tanto, David se salvó huyendo y llegó a Ramá, el pueblo de Samuel, y le contó todo lo que había hecho Saúl. Entonces fueron los dos a alojarse al convento. 19Cuando avisaron a Saúl que David estaba en el convento de Ramá, 20despachó emisarios para apresarlo. Encontraron a la comunidad de profetas en trance, presididos por Samuel; el espíritu de Dios se apoderó de los emisarios de Saúl, y también ellos entraron en trance. 21Se lo avisaron a Saúl, y mandó otros emisarios, que también entraron en trance. Por tercera vez despachó unos emisarios, y también éstos entraron en trance.

22Entonces fue él en persona a Ramá, y al llegar al pozo de la era junto al cabezo, preguntó:
-¿Dónde están Samuel y David?
Le respondieron:
-En el convento de Ramá.
23Siguió hasta el convento de Ramá, y también de él se apoderó el espíritu de Dios, entró en trance y caminó así hasta el convento de Ramá. 24Se quitó la ropa y estuvo en trance delante de Samuel, tirado por tierra, desnudo, todo aquel día y toda la noche. (Por eso dicen: <<¡Hasta Saúl está con los profetas!>>).


Explicación.



19 El autor sigue enhebrando episodios diversos, o repetidos, en el hilo de su narración. El hilo conductor de la hostilidad de Saúl y la repetida liberación de David por intercesión de Jonatán, por habilidad del mismo David, por el ingenio de Mical, por el espíritu de Dios. El verbo mlt = salvarse, escapar con vida, liga varios episodios. En cuanto a la disposición, se repite parcialmente y se prolonga el capítulo 18: Saúl-Jonatán-David; episodio de la lanza: Saúl-David-Mical.


El motivo dominante en segundo plano (los filisteos) prolonga su presencia en un inciso, v. 8, con el que el autor nos quiere recordar la situación; como diciendo que, en tiempo de guerra, Saúl intenta eliminar a su mejor capitán. Falta el tema del ascenso de David. Esta disposición no puede considerase como puramente cronológica; obedece más bien a intenciones temáticas. En los dos últimos episodios se escucha un tono irónico, casi burlesco: Saúl se vuelve figura tragicómica: la piedad y el respeto por el rey se la cede el narrador al mismo David, y sólo se contagiará de ellas al final. Los episodios son minúsculos, no permiten un desarrollo narrativo rico; su mérito está en la invención del tema (o selección, en términos de historia), y en la agudeza del desenlace.

19,1-7 Primer episodio. Intercesión de Jonatán. Su recurso es la palabra, naturalmente apoyada en su doble amor por Saúl y David: tiene que librar a David de la muerte, a su padre del crimen. Su brevísimo discurso es una maciza apología: David es inocente, sería injusto hacerle mal; David es es un benefactor, sería injusto no pagárselo; David ha sido instrumento del Señor, sería peligroso atentar contra él. Jonatán enuncia aquí el gran tema de los capítulos que siguen: el duelo entre David y Saúl acerca de la inocencia y la culpabilidad de ambos. Son términos correlativos.

19,4 Eclo 37,5.

19,5 Dt 19,10-13.

19,9-10 Casi repetición de 18,10-11, con el detalle añadido de la lanza que se clava en la pared. Aunque la sucesión no sea cronológica, el autor da la impresión de los cambios violentos en la conducta de Saúl.

19,11-17 El episodio está articulado en tres envíos (según fórmula conocida). El engaño preparado por Mical tiene un par de elementos dudosos: el "ídolo" (terafim) solía tener figura humana y proporciones pequeñas, por eso difícilmente llenaría la cama; también es conjetura el cojin de pelo de cabra. De aquí procede la variedad de traducciones y explicaciones. Con todo, el sentido de la burla parece bastante claro.

19,18-24 Este episodio añade el interés de introducir al viejo profeta, Samuel. Vive en su pueblo y visita un "convento", o lugar donde habita un grupo de profetas. No sabemos si el lugar tenía derecho de asilo. El esquema narrativo de tres más uno da relieve a Saúl. Es irónico presentar al rey desnudo, por tierra, ante el profeta; y aumenta la ironía el recuerdo del primer trance profético de Saúl, que comprobaba su elección (capítulo 10).

19,19 2 Re 1,9-12.

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