jueves, 25 de enero de 2018

1 SAMUEL. CAPÍTULO 13.

Amenaza filistea

131Saúl tenía...* años cuando empezó a reinar, y reinó sobre Israel veintidós años.
2Seleccionó a tres mil hombres de Israel: dos mil estaban con él en Micmás y la montaña de Betel, y mil estaban con Jonatán en Guibeá* de Benjamín. Al resto del ejército a la guarnición filistea que había en Guibeá. Los filisteos supieron que los hebreos se habían sublevado. Saúl tocó a rebato por todo el país. 4Entonces los israelitas supieron que Saúl había derrotado a una guarnición enemiga y que se habían roto las hostilidades con los filisteos, y se reunieron con Saúl en Guilgal. 5Los filisteos se concentraron para la guerra con Israel: tres mil carros, seis mil jinetes e infantería numerosa como la arena de la playa, y fueron a acampar junto a Micmás, al este de Betavén. 6Al verse en peligro ante el avance filisteo, los israelitas fueron a esconderse en las cuevas, los agujeros, las peñas, los refugios y los aljibes. 7Muchos pasaron el Jordán hacia Gad y Galaad. Saúl seguía en Guilgal, mientras la gente, atemorizada, se le marchaba. 8Aguardó siete días, hasta el plazo señalado por Samuel; pero Samuel no llegó a Guilgal, y la gente se le dispersaba. 9Entonces Saúl ordenó:
-Traedme las víctimas del holocausto y de los sacrificios de comunión.
Y ofreció el holocausto.

Samuel condena a Saúl

10Apenas había terminado, cuando se presentó Samuel. Saúl salió a su encuentro y lo saludó. 11Pero Samuel le dijo:
-¿Qué has hecho?
Contestó:
-Vi que la gente se me dispersaba y tú no venías en el plazo señalado, y los filisteos se concentraban frente a Micmás, 12y me dije: Ahora bajarán los filisteos contra mí a Guilgal, sin que yo haya aplacado al Señor, y me atreví a ofrecer el holocausto.
13Samuel le dijo:
-¡Estás loco! Si hubieras cumplido la orden del Señor, tu Dios, él consolidaría tu reino sobre Israel para siempre. 14En cambio, ahora tu reino no durará. El Señor se ha buscado un hombre a su gusto y lo ha nombrado jefe de su pueblo, porque tú no has sabido cumplir la orden del Señor.
15Samuel se volvió de Guilgal por su camino. El resto del ejército subió tras Saúl al encuentro del enemigo y llegaron desde Guilgal a Guibeá de Benjamín. Saúl revistó las tropas que seguían con él: unos seiscientos hombres.

Saúl y Jonatán

16Saúl, su hijo Jonatán y sus tropas se establecieron en Guibeá de Benjamín; por su parte, los filisteos acamparon junto a Micmás. 17Del campamento filisteo salió una fuerza de choque dividida en tres columnas; una se dirigió a Ofrá, hacia la zona de Sual*; 18otra se dirigió a Bejorón, y la tercera se dirigió a la colina que domina el valle de Seboín, hacia la estepa.
19Por entonces no se encontraba un herrero en tierra de Israel, porque el plan de los filisteos era que los hebreos no se forjaran espadas ni lanzas. 20Todos los israelitas tenían que bajar al país filisteo para aguzar su reja, su azada, su hacha y su hoz. 21Por aguzar una reja o una azada les cobraban medio peso, y dos tercios de peso por un hacha o una aguijada. 22Así sucedió que, a la hora de la batalla, en todo el ejército de Saúl no había más espada ni lanza que las de Saúl y su hijo Jonatán.
23Un destacamento filisteo salió hacia la cañada de Micmás.

Explicación.

13 Después de la victoria en Transjordania, Saúl ha de enfrentarse con el peligro filisteo dentro de casa. La situación parece ser ésta: los filisteos tienen sometidos a los israelitas como vasallos no muy convencidos. Para asegurar su dominio emplean sobre todo dos medidas militares: pequeñas guarniciones destacadas en puntos estratégicos, desarme sistemático de los israelitas. Los filisteos habían traído consigo la técnica del hierro cuando desembarcaron en Palestina, y se adelantaron notablemente a Israel en la "edad del hierro". La situación entre ambos pueblos es inestable, tensa, y en un momento se pueden romper las hostilidades. Saúl necesita valor, rapidez y prudencia. La última cualidad parece faltar a su hijo Jonatán, la nueva figura que pentra violentamente en la escena, y que dará que hacer a su padre.

En Israel la monarquía, tan deseada por muchos -no por todos-, no ha arraigado del todo. A una victoria sucede el entusiasmo, al peligro sucede el desánimo. Lo han experimentado otros antes, sobre todo Moisés: cuando el nuevo curso de liberación impone sacrificios duros, los esclavos prefieren su segura esclavitud. Una cosa son los amonitas, lejanos, al otro lado del Jordán, otra cosa los filisteos, metidos en el corazón del país.

A Saúl se le pide algo más: la prueba de la fe, que toma la forma de paciencia. Y esta virtud no parece fácil para el impulsivo monarca, feliz en las decisiones rápidas. La norma general "haz lo que se te ofrezca" (10,7) queda suspendida por la orden explícita "espera siete días" (10,8): ¿podrá Saúl con ella?

Los hechos se desenvuelven en el campamento de Guilgal, cerca del Jordán y en el espinazo montañoso e irregular de Benjamín. Loma de Saúl es una altura dominadora (839 m), hacia el NE se descubre otra Loma (713 m), lugar de una guarnición filistea; allí se despeña el monte en un desfiladero y enfrente surge la altura de Micmás (607 m), que vigila y defiende el paso de sur a norte.

13,1 * El texto hebreo está mutilado.

13,2 Si licencia el grueso del ejército después de la campaña contra los amonitas, es que no intentaba por el momento presentar batalla a los filisteos. Los tres mil hombres, como ejército permanente, servían para afrontar imprevistos y ganar tiempo. Es una novedad incluso respecto a las bandas de Abimelec y de Jefté. Para convocar más tropas se toca a rebato, como hizo Ehud (Jue 3,27), o Gedeón (Jue 6,34). * = Loma.

13,3-4 Guilgal, con el Jordán a la espalda, es un buen puesto para concentrarse. En caso adverso, es fácil cruzar los vados y salvarse al otro lado; en caso favorable es un tradicional punto de partida.

13,5-8 El autor presenta vigorosamente el drama de Saúl, como queriendo justificarlo. Cómo se complace en subrayar el contraste: la gran concentración filistea -muchos sustantivos y verbos de batalla- frente a la dispersión israelita -muchos sustantivos con verbos de huida, presencia y escondimiento-. En medio de este doble movimiento, Saúl cada vez más solo, esperando en Dios que no responde, aguardando al profeta que no viene.

Betavén, como suena, significa Casa de Vanidad (es decir, del ídolo), y es denominación polémica posterior de Betel; cambiando las vocales sería Casa de Abundancia.

13,8 1 Mac 9,5s.

13,9 Puede ser que al sacrificio acompañase la consulta del oráculo. El holocausto servía para expiar, los sacrificios de comunión para reconciliarse con Dios. No le estaba prohibido al rey sacrificar, todavía no era acción exclusiva del sacerdote; la acción de Saúl habría sido loable si no hubiera mediado una orden del Señor.

13,10-14  Samuel aparece a media ceremonia. Saúl resume perfectamente la situación; pero sus razones, humanamente tan convincentes, se estrellan frente a la orden de Dios. La sentencia de Samuel parece adelantar acontecimientos, especialmente el desenlace del capítulo 15. Explícitamente no se rechaza la dinastía, porque el principio dinástico no ha sido formulado aún (como sucedió en el caso de Gedeón); las palabras de Samuel no excluyen la posibilidad de que Dios elija al hijo de Saúl; pero a la luz de la historia posterior, vemos que el autor se refiere a David sin nombrarlo.

13,13 Sal 89,21.

13,15 Al marcharse Samuel, nos da la impresión de que con él se aleja Dios de Saúl; sin embargo, el capítulo siguiente traerá una nueva victoria; nueva prueba de que la sentencia de Samuel es una anticipación. Saúl hasta ahora no ha vencido a los filisteos.

13,17 Según el original, se trata de "los devastadores", o, como pronunciaría el castellano antiguo, "gastadores".

13,21 El texto hebreo es muy dudoso, las traducciones son conjeturables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario